El Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos ha publicado el informe Vacunación antigripal en España en tiempos de la COVID-19, realizado junto a la Fundación Weber con la colaboración de Sanofi Pasteur.
La gripe estacional es un importante problema de salud pública asociado a una elevada morbimortalidad. Solo en España, en la campaña 2019-2020 la gripe provocó 27.700 hospitalizaciones y 3.900 defunciones. En la campaña de la gripe 2020-2021, marcada por la COVID-19, se han alcanzado las mayores coberturas antigripales de la historia, si bien también se elevaron los objetivos de vacunación marcados, por lo que deben seguir los esfuerzos por elevar la tasa de vacunación. Para ello, conviene entender mejor las causas del reciente aumento en la vacunación antigripal, su posible vinculación con la COVID-19 y las potenciales palancas para elevar las tasas de cobertura vacunal.
El informe publicado recoge los resultados de la encuesta realizada de forma anónima en farmacias comunitarias de toda España a 3.107 personas, entre octubre 2020 y febrero 2021. El objetivo de esta encuesta fue analizar la vacunación antigripal en España y sus motivaciones durante la pandemia causada por la COVID-19.
Según los resultados de la encuesta, el 72,9% de las personas declaró haberse vacunado o tener cita para hacerlo, porcentaje que desciende a un 68,4 % en adultos jóvenes y aumenta hasta un 91,2 % en mayores de 80 años. Un 24,9% lo haría ese año por primera vez, argumentando recomendación médica (57%), miedo a la COVID-19 (26%), miedo a la gripe (14%) u otras razones. Por su parte, los principales motivos para no haberse vacunado fueron la falta de percepción de riesgo de enfermar de gripe (34%), la falta de tiempo para ir a vacunarse (19%), los efectos secundarios o riesgos de la vacuna (16%) y la baja efectividad de la vacuna o preferencia por la resistencia natural a la enfermedad (15%).
Los dos grupos de riesgo con mayores coberturas vacunales reportadas fueron el de embarazadas (83,7%) y el de personas de 65 años (79,2%). Entre los profesionales sanitarios, la tasa de vacunación alcanzó el 74,1%, y entre los pacientes crónicos el 75,8%. El incremento de nuevos vacunados parece haber sido especialmente acuciante entre los profesionales sanitarios, en línea con las recomendaciones de vacunación de las autoridades sanitarias.
En el otro extremo, a 742 pacientes que respondieron que no se vacunarían este año, el farmacéutico comunitario les realizó educación sanitaria para fomentar la vacunación. Tras su actuación, 591 aceptaron la derivación al médico para vacunarse mientras que 151 la rechazaron por distintos motivos. La falta de tiempo fue el principal factor para rechazar una derivación de vacunación entre la población en edad de trabajar. Entre los mayores de 64 años, la preocupación por los efectos adversos de la vacuna supuso el 16,7% de las causas de rechazo, con la misma importancia que considerar la gripe como una enfermedad de escasa gravedad.
Por otra parte, en relación con el papel de la Farmacia Comunitaria en la vacunación antigripal, un 73,4% de los encuestados afirmaba estar dispuestos a vacunarse en una farmacia. Por grupos de riesgo, los más atraídos por la opción de vacunación en farmacia fueron los profesionales sanitarios y los enfermos crónicos. El interés por vacunarse en la farmacia es mayor entre los que declararon como razones para no vacunarse la inaccesibilidad o desabastecimiento de la vacuna (87%), la falta de tiempo (84%) y el desconocimiento u olvido (82%).
En base a estos datos el estudio realizado junto a la Fundación Weber concluye que incluir a las farmacias como puntos de vacunación podría haber aumentado la cobertura vacunal en hasta 3,9 puntos porcentuales. Asimismo, una mayor formación o concienciación en gripe podría traducirse en un aumento de la cobertura vacunal de hasta 6,8 puntos porcentuales.