Desde el Colegio valoramos positivamente la regulación del precio máximo de las mascarillas quirúrgicas adoptada por la Comisión Interministerial de Precios de los Medicamentos, si bien desde el conjunto de la farmacia española solicitamos a principios de abril que se fijase el precio en origen con el fin de evitar desabastecimientos, y no únicamente una regulación de precio máximo para su dispensación como finalmente se ha hecho. No obstante, desde la profesión farmacéutica consideramos igualmente positivo que se haya previsto -como también se solicitó desde la misma- una posible revisión periódica conforme a la evolución del mercado para así evitar posibles desabastecimientos.

Con esta medida, aunque llega algo tarde, esperamos que se consiga poner fin a los abusos que hemos sufrido los farmacéuticos y los ciudadanos. Era necesario regular el precio de las mascarillas para evitar las prácticas abusivas, con precios desorbitados, que eran ofertados a las farmacias por proveedores ajenos al sector farmacéutico. Estamos esperanzados en que estos próximos días se normalice la llegada de mascarillas a las farmacias, esta vez sí, proporcionadas por las distribuidoras farmacéuticas habituales, que están ya empezando a distribuir a las farmacias dentro del precio fijado por el Gobierno.

Junto a las medidas adoptadas, reiteramos también la necesidad de reducir o eliminar el IVA de mascarillas, guantes o geles hidroalcohólicos, situado actualmente en el 21%, pese a estar considerados estos productos como bienes de primera necesidad. Con todo esto se conseguiría al fin zanjar este tema para que los farmacéuticos nos podamos centrar en lo que es nuestra verdadera misión, que es la atención farmacéutica a la población.

Desde el Colegio aplaudimos una ocasión más el trabajo ejemplar que en esta emergencia sanitaria están desempeñando los profesionales de las farmacias cordobesas, desplegando todo su potencial sanitario y social, garantizando la prestación farmacéutica con iniciativas de gran importancia como la que permite distribuir los tratamientos a domicilios de personas con problemas de movilidad o salud muy delicada, algo especialmente útil en núcleos de población rurales y aislados, así como otras, caso de Mascarilla 19 o la colaboración con la Guardia Civil para alertar de la ausencia prolongada de pacientes habituales de nuestras farmacias y especialmente vulnerables.